El cine de Camboya nació en 1960 y su irresistible ascenso se vio detenido brutalmente en 1975 con la llegada al poder de los Khmers o Jémeres Rojos. La mayoría de las películas desaparecieron, los actores fueron asesinados y las salas cinematográficas transformadas en restaurantes o karaokes. Este film da la palabra a los sobrevivientes e intenta despertar el espíritu de ese cine olvidado.