Singapur le gana cada año algunos metros al mar, importando toneladas de arena de los países vecinos, así como mano de obra a bajo precio.
En la obra de un proyecto de urbanización de la costa, el inspector de policía Lok investiga la desaparición de Wang, un obrero chino encargado de traer mano de obra. Fue así como Wang conoció a Ajit, un obrero de Bangladesh.
Al sufrir de insomnio, Wang se pasaba las noches en un café cibernético. En él, estableció una extraña relación con un jugador, que quería manipularlo. A raíz de la súbita desaparición de Ajit, Wang empieza a sospechar de la existencia de un complot. Investigando por su cuenta, Wang se evapora a su vez.
El inspector Lok acabará por encontrar a todos estos personajes perdidos, en un país en el que ningún punto de referencia es estable, ni siquiera sus límites geográficos.