Sin que lo sepamos, somos todo el mundo actores todos los días. Nuestra intimidad, vigilada por el ojo del millón de cámaras de vigilancia que hay en Francia, está grabada, analizada, desmenuzada. Al vivir en espacios públicos, estamos contando una historia con nuestros gestos cotidianos. Pero, ¿a quién? ¿Qué historia es ésta? Todos los días nos graban por todas partes. ¿Qué nos ocurre cuando tomamos consciencia de ello?