El director de este cortometraje quiere volver a trazar la cronología, poco concreta, de cómo se liberó la ciudad de Chinon durante la Segunda Guerra Mundial. Para ello, se ha vestido con el uniforme de un soldado americano. Este cortometraje propone una reflexión sobre la historia, sobre el aspecto a menudo irrisorio que se le atribuye y de qué manera ésta se representa.