Ha estado en nuestras mentes por el poderío inmenso en los medios de comunicación, por su ascensión fulgurante y por su capacidad para encajar los reveses de la justicia. Durante veinte años, ha representado el laboratorio europeo y el triunfo absoluto del liberalismo, tras la caída del comunismo.
Entre declive y una intimidad imposible, Silvio Berlusconi representa a una época perdida que busca desesperada llenar un vacío.