La aventura de Elías, nuestro héroe sin leyenda, comienza, como en la Odisea, en el mar Egeo.
En el mismo mar, bajo el mismo sol y el mismo cielo que en los albores de la civilización. Tras infinitas peripecias, entre otras, una escala en el paraíso y una breve estancia en el infierno, la epopeya concluye, por arte de magia, en París. París, ciudad que al fondo, en su sueño incierto, ve brillar todo ser errante.
Eden à l'ouest se propone hacer revivir el viaje, la gira errante, la historia de los que – hoy, nosotros, antes, nuestros padres – atraviesan el mundo, capeando tempestades y uniformes, en busca de un techo.
La historia de Elías no es la historia de Ulises, ni la de Jean -Claude, ni la mía.
No obstante, en Elías descubro a ese extranjero que no me resulta extranjero...
Costa-Gavras